22.FEB.21 | PostaPorteña 2187

EL ARTE DE HACER AMIGOS (2)

Por Juan Pablo Cardenal

 

Cómo el Partido Comunista chino seduce a los partidos políticos en América Latina

 

Para persuadir a la clase política, los dirigentes del PCCh han sido especialmente hábiles en adoptar posiciones atractivas tanto a izquierda como a derecha del arco ideológico, para construir con ello, sin grandes resistencias, su influencia en la región. Todo ello ocurre en un contexto de crisis de representación de los partidos políticos y de pérdida de relevancia de estos en América Latina, donde la nueva política está cada vez más vinculada a actores e individuos concretos que a plataformas partidistas. En medio de la corrupción política y de la creciente insatisfacción con la democracia, asoma pues el fantasma de los caudillajes políticos en América Latina. Un entorno de confusión en el que la diplomacia china se mueve como pez en el agua.

Por Juan Pablo Cardenal

Periodista e investigador especializado en la internacionalización de China 12 febr. 2021 Investigador Asociado de CADAL-FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER

primera entrega de este trabajo aqui

2 Cultivar influencias para legitimar al PCCh

 

Divulgar una imagen amable de China y promover la equivalencia moral entre el PCCh y los partidos políticos democráticos de Occidente son dos de los incentivos que, junto con apoyar sus objetivos de política exterior y contribuir a poner los cimientos de un eventual cambio en el orden mundial, explican el despliegue diplomático del PCCh en torno a sus homólogos políticos de América Latina y del resto del mundo. Ahora bien, es importante entender que este impulso forma parte de una estrategia más amplia cuya finalidad es que el país asiático gane influencia política en el extranjero. El caso de América Latina es paradigmático.

Con su estrategia internacional de salir afuera, China era a principios de siglo un jugador económico más bien secundario en el continente. Dos décadas después se ha convertido por derecho propio en el principal socio comercial de un buen número de países latinoamericanos en términos de inversión y comercio, concesión de préstamos y construcción de infraestructuras. Una ofensiva económica —recordémoslo— liderada por las empresas estatales gracias a los recursos financieros del Estado. Por ello, entre las élites económicas y políticas latinoamericanas el gigante asiático es percibido no solo como ineludible, sino además como una fuente de oportunidades que otros no pueden ofrecer. Este es un poderío económico ya consolidado y que no va a cambiar.

A la influencia política que resulta de su supremacía económica Pekín agrega el empuje de su estrategia de poder blando con características chinas. Aunque este tipo de poder se basa parcialmente en la persuasión y en la atracción, de acuerdo con la definición clásica que Joseph Nye hizo del concepto, no faltan los autores que precisan que se trata en verdad de un poder incisivo que incorpora la nocividad y los valores que emanan de su sistema autoritario14 Dicho plan está destinado a corregir las percepciones negativas que se derivan del meteórico ascenso global de China, a la vez que aspira a contrarrestar lo que los líderes chinos creen que es un discurso de valores hegemónico dirigido a fomentar los intereses de Occidente y a proyectar una imagen negativa de China que difunde la prensa occidental.

Ejecutada a golpe de talonario, la estrategia se implementa a través de programas que favorecen la creación de redes y vínculos personales, ya sea estableciendo nexos institucionales duraderos en los ámbitos político, académico, mediático y cultural, o por la vía de seducir y atraer a las élites locales para que apoyen la causa y los intereses de China. Aunque inspirado, supervisado o ejecutado por el PCCh, a este esfuerzo se apuntan también distintos órganos del Estado y otras entidades más periféricas en la estructura del partido-Estado. En la órbita específica de la diplomacia política, la organización de la cumbre en Pekín que acogió a finales de 2017 a más de 300 representantes políticos de 120 países, es buen ejemplo del afán y de los recursos que las autoridades comunistas están dispuestas a invertir. En ella, Xi Jinping anunció que el PCCh invitaría a China a 15.000 políticos de todo el mundo en el siguiente lustro.

Estas invitaciones tienen el propósito fundamental de exponer a los visitantes extranjeros a la propaganda del régimen, para recabar con ello su aval legitimador. Así ocurrió en la citada cumbre, al prestarse los partidos democráticos a la ceremonia propagandística con su adhesión a una aduladora declaración conjunta formulada por el PCCh: «Elogiamos el enorme esfuerzo y la gran contribución del PCCh y de su líder Xi Jinping para construir una comunidad para un futuro compartido y un mundo pacífico», rezaba el documento 15  Medio año después, 500 representantes de 200 partidos de un centenar de países asistieron a otra puesta en escena similar, esta vez en Shenzhen. Aunque los partidos extranjeros crean que con su presencia y rúbricas arriesgan poco capital político, 16 la munición sirve a Pekín para generar un consenso global a su favor y para contrarrestar a quienes ven con reservas la creciente influencia internacional del gigante asiático.

También ocurre a escala latinoamericana. Integrado en el programa de la cita de Shenzhen se celebró el Segundo Foro de Partidos Políticos China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con la participación de 80 representantes de 58 partidos regionales. En la declaración oficial los firmantes latinoamericanos expresaron su «aprecio» por el compromiso de la parte china de invitar anualmente a más de 200 cuadros partidistas de la CELAC entre 2019 y 202117 Una promesa que tenía otro antecedente: en 2015, durante la Primera Reunión del Foro de Partidos Políticos China-CELAC organizada en conjunto con el Movimiento Alianza PAÍS de Ecuador, el anfitrión proclamó que invitaría a 1200 cuadros latinoamericanos en misiones de estudio e intercambio 18 Ello ocurría a la vez que la Liga de la Juventud Comunista de China organizaba foros y estrechaba vínculos con los cuadros juveniles de los partidos latinoamericanos 19

Los invitados a visitar China cubren todo el espectro político, pero son muy estratégicos en la selección: desde gobernantes en activo y exmandatarios a miembros de partidos en el poder o en la oposición, pasando por parlamentarios en activo, dirigentes de gobiernos locales o jóvenes políticos llamados a jugar roles relevantes en el futuro. Según un latinoamericanista de la Academia China de Ciencias Sociales, los vínculos son tan estrechos que algunos líderes de partidos políticos latinoamericanos incluso han llegado a ser «invitados a pasar sus vacaciones en China» 20 De hecho, la efectividad de esta estrategia de captación de las élites políticas parece indiscutible a tenor de otro dato ilustrativo, publicado en 2012: China había invitado en esa fecha a una veintena de dirigentes políticos suramericanos que posteriormente fueron elegidos presidentes de sus naciones 21

Esos viajes a China con gastos pagados tienen efectos hipnóticos en muchos de los invitados. Vuelan en clase business, los alojan en hoteles de cinco estrellas y son agasajados con las mejores atenciones de la legendaria hospitalidad china. Pero lo que verdaderamente impacta en ellos es la combinación de, por un lado, la grandiosidad de China, con sus rascacielos de neón, su vibrante atmósfera comercial, sus monumentos míticos y su cultura enigmática; y, por otro, las cifras del llamado milagro chino, incluido el relato de la transición desde el maoísmo hasta nuestros días, las imponentes infraestructuras, su éxito en la erradicación de la pobreza y la guinda de los millonarios chinos o la próxima llegada de China a la Luna. «A los mediocres los compran llevándolos a China, donde les enseñan la majestuosidad del país. Si tienes poco mundo, caes de rodillas», apunta un representante político latinoamericano que asistió a uno de esos viajes.

De igual modo, uno de los invitados al Segundo Foro de Partidos Políticos China-CELAC, en Shenzhen, califica de «impresionante» todo lo que pudieron ver y todo lo que les contaron en perfecto español, empezando por la propia evolución de la ciudad que acogió el foro, que pasó en apenas tres décadas de ser una pequeña aldea de pescadores a una moderna metrópoli de 13 millones de habitantes al otro lado de la frontera con Hong Kong. Visitaron también una de sus joyas de ingeniería, el puente de 55 kilómetros que une Hong Kong con Macao, así como la sede la empresa Tencent y uno de los primeros laboratorios del capitalismo (llamados Zonas Económicas Especiales) en Zhuhai. «Impresionaba por comparación con nuestros países. Nos vendían su modelo de desarrollo implícitamente a través de todo lo maravilloso que nos enseñaban; no necesitaban hacerlo explícito pero proyectaban la idea de que las cosas se pueden hacer si hay voluntad política», explica.

Esta fabulosa red de amistades informales concede a los comunistas chinos un tesoro estratégico en forma de interlocutores leales e influyentes por todo el continente. La luna de miel de la clase política latinoamericana con sus homólogos comunistas no es ajena al desconocimiento que, con contadas excepciones, rodea a las élites regionales en relación con China, su historia, su capitalismo de Estado y modelo de desarrollo o la naturaleza y modus operandi del PCCh. Este vacío de conocimiento ofrece a la formación comunista la oportunidad de monopolizar, sin apenas interferencias, el relato de la China actual. Lo divulgan a través de un ambicioso programa de visitas para que los dirigentes políticos regionales reciban capacitación en China. Un aprendizaje que «permite comprender la construcción de un pueblo» y concluir que «el PCCh es un partido confiable», en palabras de Javier Miranda, presidente del Frente Amplio de Uruguay, uno de los aliados regionales del PCCh. Una camaradería fraguada en sus tres viajes a China en sólo dos años y en su trato con varias delegaciones comunistas que visitaron Montevideo 22

Paradójicamente, distintos estudios apuntan que la mirada de las poblaciones latinoamericanas es más crítica que la de sus élites, ya que perciben que el rol de China en la región puede resultar, más que en un crecimiento y prosperidad sostenidos, en una nueva dependencia 23  

En este sentido, que la clase política latinoamericana vea su relación con Pekín a través del prisma del realismo político y de las oportunidades que puedan surgir se traduce, inevitablemente, en una ausencia casi total de crítica con respecto a la naturaleza autoritaria del régimen chino, a la violación de los derechos humanos, a los excesos detrás de las inversiones regionales, a las condiciones de sus préstamos o a la asimetría en la relación comercial. No objetar nada de lo anterior implica una legitimación tácita del sistema chino de partido único.

notas

14  Sobre el poder incisivo de China, véase «Sharp Power: Rising Authoritarian Influence in the Democratic World», de Christopher Walker, Jessica Ludwig y otros autores, publicado en diciembre de 2017 por National Endowment for Democracy. Accesible en: https://www.ned.org/sharp-power-rising-authoritarian-influence-forum-report/

15  Ting Shi, «China Gets 300 Political Parties to Endorse Xi as Peacemaker», Bloomberg, 4 de diciembre de 2017, https://www.bloomberg.com/news/articles/2017-12-04/china-gets-300-political-parties-to-endorse-xi-as-peacemaker

16  Sebastian Grundberger y Thomas Schaumberg, «Los partidos latinoamericanos en el foco de China», Diálogo Político, 30 de septiembre de 2020, https://dialogopolitico.org/ agenda/los-partidos-latinoamericanos-en-el-foco-de-china  

17 Fuente: «Declaración del Segundo Foro de Partidos Políticos China-CELAC», celebrado en Shenzhen el 27 de mayo de 2018, http://pa.china-embassy.org/esp/sgxx/t1565002.htm

18  La reunión del Foro se celebró el 8 y 9 de diciembre de 2015 en Pekín con la asistencia de 58 representantes de 27 partidos políticos de 26 países latinoamericanos y caribeños. Fuente: «Partido Comunista de China se compromete a formar líderes políticos en América Latina», La República, 9 de diciembre de 2015, https://www.larepublica.ec/ blog/2015/12/09/partido-comunista-de-china-se-compromete-a-formar-lideres-politicos-en-america-latina/

19  Entre otros programas destinados a jóvenes líderes de la región, el Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China (CLEPEC), fundación vinculada al kirchnerismo con sede en Buenos Aires, recibió desde su creación en 2013 becas y financiación de Pekín para capacitar a sus jóvenes políticos sobre China. Uno de los que recibió formación y cultivó una relación muy estrecha con China fue Francisco Cafiero, vicepresidente de COPPAL, expresidente de CLEPEC y actual secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa de Argentina. También en este país, representantes de la Fundación Contemporánea, vinculada informalmente a partidos de centroderecha, recibieron capacitación en China para formar a la próxima generación de líderes argentinos. Fuente: Juan Pablo Cardenal, «El “poder incisivo” de China en América Latina y el caso argentino», CADAL, 12 de marzo de 2018, https://www.cadal.org/libros/ pdf/El_Poder_Incisivo_de_China.pdf

 20 Shixue Jiang, «A New Look at the Chinese Relations with Latin America», Nueva Sociedad, núm. 203, 2006.

 21 Shicheng Xu, «Evolución de las relaciones…», o. cit.

22 «Líder del Frente Amplio de Uruguay cree que AL debe “aprender” política de alivio de la pobreza de China», Xinhua, 20 de septiembre de 2020, http://spanish.xinhuanet. com/2020-09/20/c_139381943.ht

 23 A. Bohigues y S. Morgenstern, «Covariance of Latin American Elite Attitudes Towards the USA and China». En M. Alcántara M., M. García Montero y C. Rivas Pérez (eds.), Politics and Political Elites in Latin America. Latin American Societies (Current Challenges in Social Sciences), Springer, Cham, https://doi.org/10.1007/978-3-030-51584-3_9


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